Mediante un proceso de cristalización lento y seguro, se forman cristales. Surgen de las profundidades de la Tierra mostrando una variedad de texturas y matices fascinantes, con el denominador común de que son encantadores. ¿Azul pacífico? ¿Rojo fuego? Se aplican todos los colores posibles.
¿Cuánto vale el cristal?
El valor del cristal depende en gran medida de lo grande, claro y raro que sea. Además, el precio también se determina en función de la demanda.
Algunos pueden tener un precio modesto, mientras que otros pueden alcanzar un nivel en el que casi se consideran tesoros de valor incalculable, ya sea en pasteles, tonos tierra u otros tonos llamativos.
¿De dónde viene el cristal?
Los cristales provienen de diferentes partes del mundo, entre ellas las ricas minas de América del Sur, el misterioso terreno de Asia, el paisaje accidentado de África y las impresionantes profundidades de Australia. Juntos, contribuyen a aumentar tanto la oferta como la demanda en un mercado en auge.
¿Cómo asegurarse de que sea cristal real?
Determinar si el cristal es genuino o no requiere comprender sus propiedades únicas. Esto incluye la apariencia física y el peso.
Los expertos se fijan, entre otras cosas, en la claridad, el color y el corte. En ese sentido, el cristal no es completamente diferente de otras piedras preciosas.
¿Qué es típico del cristal?
Depende de a quién le preguntes, porque metafísicamente se dice que el cristal tiene propiedades que favorecen el bienestar físico y emocional.
Al menos, el cristal es conocido por su belleza, sin importar el color que sea. ¿Alguna diversión con los cristales? ¡Que algunos de ellos pueden crear una pequeña dosis de electricidad!
¿Sabías que…?
El cristal más grande conocido hasta ahora descubierto es un cristal de tipo selenita, que lleva el nombre de la diosa griega de la luna Selene.
Descubierto en la mina Naica en México, éste pesaba la asombrosa cifra de 55 toneladas y era tan largo como un autobús escolar.